Galgo persa

Galgo persa

Galgo persa

Raza de galgos y perro primitivo, probablemente criado en la antigüedad en los países árabes, galgo persa utilizado inicialmente para cazar gacelas, hoy en día como perro de compañía.

Galgo persa

Información básica

  • Grupo: 10 FCI (galgos)
  • Altura: una media de 58-71 cm, las perras son más pequeñas que los perros
  • Cabeza: Estrecha, larga, noble, sin stop claramente marcado. Parte superior de la nariz prominente, negra o marrón. Ojos bastante grandes, ovalados con mirada expresiva pero también nostálgica, de color marrón oscuro a avellana.
  • Orejas: Largas, caídas, cubiertas de pelo largo y sedoso.
  • Extremidades: Secas, fuertes, con hueso fuerte y músculos largos y secos.
  • Pecho: Amplio y profundo.
  • Cola: Larga, de implantación baja, en la parte inferior decorada con plumas sedosas.

Galgo persa – Un toque de historia:

El Saluki es probablemente uno de los galgos más antiguos. En los países árabes, estos perros de presa apreciados por los jeques del desierto recibían el nombre de El Hor (el Noble), en contraste con los perros de guardia ordinarios, que se denominan «kelb» o «kalb» en árabe y se consideran impuros.

El kelb – este paria canino, cuya vida no era la más fácil, vigilaba a los camellos, protegiéndolos de los lobos y de los extraños. Evitaba las tiendas de la gente de lejos porque había aprendido a hacerlo. El saluki, en cambio, tenía su lugar no sólo en la tienda, sino también en el corazón de su dueño.

Cuando no cazaba, se cubría con una tela decorada con cuentas azules para protegerse del frío y la humedad. El saluki acompañaba a las caravanas o perseguía a las gacelas y otros animales, solo o con un halcón. En palabras del poeta de la corte de Abu Nuwas en el año 800 d.C. «el saluki es como un halcón que cae en la estepa, con sus cuatro patas despelleja el suelo, por lo que es espectador».

La fama de este galgo llegó a todos los rincones de Oriente Medio. No es de extrañar, pues, que esta extraordinaria criatura no estuviera a la venta. Según la tradición, el saluki sólo se ofrecía a las personas que iban a ser honradas especialmente. De ahí su fama de perro de los reyes.

La llegada del saluki a Europa está relacionada con las Cruzadas a Tierra Santa. Su imagen aparece en muchos cuadros y grabados de la época. En siglos posteriores, fue pintada por Veronese, Tintoretto y otros maestros del pincel.

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